QUÉ ES
La mama tuberosa es una alteración congénita de la mama que se manifiesta durante la pubertad, momento en el que tiene lugar el desarrollo mamario. La incidencia realmente no se conoce con exactitud ya que muchas de las mujeres con grados moderados de esta malformación no consultan.
Principales características de este tipo de pechos
La alteración en el desarrollo de estas mamas se debe a la existencia de un anillo de constricción en la base de la mama, que da lugar a su forma característica:
- Forma tubular debido a la falta de desarrollo del polo inferior.
- Da la impresión de estar descolgadas o ptósicas.
- El surco submamario está elevado ejerciendo un efecto “tirante”, lo que impide el desarrollo de la glándula hacia abajo.
- Falta de desarrollo de los polos inferiores de la mama.
- Areola más grande e incluso de un tamaño exagerado con respecto al tamaño de la mama, con una forma que asemeja un biberón.
- Son asimétricas, pudiendo incluso ser una de ella hipoplásica y la otra hipertrófica.
- Tienen una base de implantación en el tórax estrecha, por lo que suelen estar más separadas de lo normal.
La mama tuberosa es una malformación muy desconocida en la población. Las pacientes que consultan habitualmente lo hacen por asimetría mamaria o en casos de hipoplasia severa.
Al igual que ocurre en otras alteraciones benignas de la mama, como son la hipertrofia y la asimetría mamarias, en el caso de las mamas tuberosas también existe un impacto psicosocial negativo en las pacientes. Frecuentemente son adolescentes con una menor autoestima que evitan ser vistas sin ropa, y tienen problemas a la hora de encontrar sujetadores o trajes de baño.
CIRUGÍA
El objetivo del tratamiento quirúrgico siempre ha de estar consensuado entre el paciente y su cirujano plástico. Las pacientes deben de entender que el tratamiento de este tipo de alteraciones tiene unas limitaciones. No estamos ante un caso de hipoplasia o hipertrofia mamaria “normal”, y para ello los cirujanos plásticos debemos de explicar a nuestras pacientes la peculiaridad de su caso, e insistir en que el resultado puede tardar más tiempo en conseguirse ya que los tejidos, sobre todo los de los polos inferiores de la mama, tardan en distenderse y alcanzar el resultado deseado.
En numerosas ocasiones son necesarias cirugías de retoque para corregir pequeñas asimetrías u otros estigmas de la forma tubular que previamente presentaba el pecho tuberoso.
En general, el tratamiento de una mama hipoplásica o pequeña conlleva la colocación de un implante de silicona en un plano submuscular, y un rallado de la glándula mamaria rompiendo el anillo que la constriñe para que la glándula se expanda y rellene los polos inferiores de la mama.
Hay que descender la posición del surco submamario (SSM) a una posición correcta. Dado que en muchos casos el SSM está muy marcado, se pueden general alteraciones del contorno del polo inferior conocidas “double bubble” o doble surco, que habitualmente mejoran con el paso de los meses, pero que pueden persistir en grados leves. En algunos casos se pueden disimular realizando un pequeño lipofiling, es decir, infiltrando grasa de la propia paciente.
Por último, debemos de corregir el tamaño, la posición y la forma de las areolas. Habitualmente realizamos una resección en forma de donnut de la piel areolar consiguiendo con ello reducir su diámetro y aplanándolas, lo que corrige la forma “en biberón” tan característica. Este procedimiento también nos permite centrarlas y subirlas. En ocasiones, es necesario realizar cicatrices verticales e incluso en T invertida para conseguir un mayor desplazamiento de las areolas.
En los casos en los que ambas mamas son grandes, el tratamiento es igual a una reducción mamaria convencional.
Cuando existe una gran asimetría entre ambas mamas de modo que una mama es hipoplásica y la otra hipertrófica, podemos realizar técnicas diferentes en ambas mamas, como las relatadas previamente pero, desde nuestro punto de vista, lo mejor es realizar técnicas similares, es decir, si tenemos que colocar implantes en ambas mamas y, si una de las mamas es hipertrófica, reducir su volumen con el fin de que el tejido mamario restante sea similar en volumen al de la mama contralateral y así podamos colocar implantes más o menos del mismo volumen en ambos pechos.
El objetivo es que la simetría conseguida con la intervención se mantenga con el paso de los años, ya que a lo largo de la vida de las pacientes muy probablemente van a sufrir cambios de peso que van a afectar el volumen del pecho y con ello a la simetría conseguida.
CIRUGÍAS DE MAMAS TUBEROSAS
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Postoperatorio
Es similar al de una cirugía de aumento mamario con la peculiaridad de que el pecho se inflama más y, habitualmente aparecen hematomas cutáneos.
En los casos en los que se colocan implantes mamarios la sensación suele ser de presión, sobre todo en la respiración profunda.
Como en todas las intervenciones, suele alterarse la sensibilidad de la piel (pérdida de sensibilidad o hiperestesia), pero en los meses posteriores suele normalizarse.
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